Luz de Misericordia, y no doble vida entre luz y tinieblas con máscaras en las Sectas

Al rezar el Padrenuestro sentimos la luz de Dios Creador sobre nosotros:

Los cristianos no deben de llevar una doble vida:

Ante la alarma que se está produciendo  entre los católicos por el conocimiento de la existencia de Sectas en España, que se encuentran amparadas sin motivo en la clandestinidad y el secretismo, constituidas por quienes se consideran católicos a pesar de ocultar su pertenencia y mentir faltando al cumplimiento de los Mandamientos, además de captar a jóvenes menores de edad sin consentimiento ni conocimiento de sus padres, a quienes obligan a mentir, infringiendo con ello la Ley:

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Recordamos las palabras de nuestro muy queridísimo Papa Francisco:

"Un cristiano no debe de andar entre tinieblas, porque allí no está la verdad de Dios; pero si cae, puede contar con el perdón y la dulzura de Dios, que lo devuelve a la vida de la luz".

(El Caballo de pura raza española, que es muy noble y dócil, lleva La Mosquitera puesta para defenderse de los insectos, por este motivo ha sido improvisado protagonista de este Comentario)

Terminamos este Comentario con la Meditación del Papa Francisco sobre la Parábola del Buen Pastor:

-Recomendamos ver este Vídeo sobre una Leyenda escrita por el Poeta español del Romanticismo Gustavo Adolfo Bécquer, durante el día y con sol, porque nunca se puede ni se debe jugar con el poder de las tinieblas:

Parte del Relato, que se puede leer completo en el siguiente enlace:
http://etc.usf.edu/lit2go/49/obras-de-gustavo-adolfo-becquer-tomo-primero/920/leyenda-7-la-cruz-del-diablo/

.......Inmediato a la villa, y oculto en el fondo de un espeso bosque, vivía a esta sazón, en una pequeña ermita dedicada a San Bartolomé, un santo hombre de costumbres piadosas y ejemplares, a quien el pueblo tuvo siempre en olor de santidad, merced a sus saludables consejos y acertadas predicciones.

Este venerable ermitaño, a cuya prudencia y proverbial sabiduría encomendaron los vecinos de Bellver la resolución de este difícil problema, después de implorar la misericordia divina por medio de su santo Patrono, que, como ustedes no ignoran, conoce al diablo muy de cerca y en más de una ocasión le ha atado bien corto, les aconsejó que se emboscasen durante la noche al pie del pedregoso camino que sube serpenteando por la roca; en cuya cima se encontraba el castillo, encargándoles al mismo tiempo que, ya allí, no hiciesen uso de otras armas para aprehenderlo que de una maravillosa oración que les hizo aprender de memoria, y con la cual aseguraban las crónicas que San Bartolomé había hecho al diablo su prisionero...