momentos más difíciles de nuestra vida, por no soltarnos nunca de tu
mano, por estar contiunamente dispuesta a escucharnos, por salvarnos
constantemente de los peligros y del mal.
Por decir FIAT ante el saludo del Arcangel San Gabriel y aceptar la
voluntad de Dios y ser nuestra Madre para toda la eternidad. Desde
aquí proclamamos tu gloria.
Gracias por derramar sobre el mundo la Luz eterna de Jesucristo nuestro Señor.
Recordamos a los padres de La Virgen San Joaquín y Santa Ana que nunca
perdieron la esperanza y confiaron en la voluntad de Dios, quien les
bendijo con la noticia de concebir y dar a luz a Mariam que seria la
Madre del Salvador, de la tribu de Israel.
A Abraham nuestro padre en la fe que confió en la palabra de Dios, y a
pesar de su vejez fue padre de Isaac casado con Rebeca a la que
llamaban esteril y tuvo por hijo a Jacob interviniendo en la
primogenitura del linaje de Jesús.
Santa Isabel casada con Zacarias, que a pesar de su vejez fue madre de
Juan Bautista precursor y primo del Mesias.
Con todos estos relatos que conocemos por Las Sagradas Escrituras,
sabemos que para Dios nada hay imposible y Él es que interviene para
establecer, contra siempre débiles pronósticos humanos, su maravillosa
voluntad dirigiendo los destinos del hombre y de la mujer, y del
mundo.
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